El título viene a cuento de las mentiras del gobierno de Pedro Sánchez y su enfoque sobre el coronavirus. Los periodistas de investigación han podido recabar a lo largo de estos meses un ingente material para analizar la gestión gubernamental de la crisis....también los jueces. No ha habido día donde la mentira y la ocultación de datos no presidiera las numerosas comparecencias de miembros del gobierno. Aunque el Presidente se lleva la palma. Ha aparecido en todos lados y a todas horas para dar su visión sesgada de los acontecimientos. Sus plúmbeas intervenciones no han mitigado la realidad de los hechos. Hechos irrefutables que día sí y día también ponían en evidencia la catadura moral de un gobierno de coalición donde los paraguazos también se repartían hacia adentro. aunque luego disimulen en las ruedas de prensa. Algún analista ha dicho que con la pandemia las instituciones del estado han quedado tocadas en su credibilidad. Algunos día a día las han ido minando desde el propio poder. Han arrasado con todo. Son tantos los destrozos causados que si se prolonga en el tiempo, pagaremos las consecuencias a nivel europeo en un descrédito total como pais. Hay una corriente en los diferentes ministerios que ha proliferado los últimos días y que ante las continuas crisis que ponen el dedo acusador en la gestión de la pandemia por parte del gobierno central, tratan de desviar la atención señalando a la oposición como instigadores de una sospechosa trama que trataría de socavar la democracia alentando a los poderes fácticos del Estado. La implicación de diferentes miembros del gobierno en agitar el ventilador para que esto alcance notoriedad y se desvíe la mirada de lo que realmente está ocurriendo deja a la oposición en la tesitura de reaccionar con discursos mas constructivos e inteligentes o el pueblo llano, que siempre se deja anestesiar con este tipo de mensajes "masajes" será seducido por este propaganda sibilina (agit prop) cuya única intención es la permanencia en el poder a toda costa. A la larga con este discurso ni unas elecciones legitimarían a una oposición que, caso de ganar, lo habría hecho gracias al socavamiento de los parámetros con que se rige la libre alternancia del poder. La sociedad estaría para entonces tan anestesiada por el mantra de que la derecha siempre socava la democracia cuando no está en el poder que no admitiría unos resultados electorales en los que no ganen "los suyos" lo que daría pie a algaradas callejeras que tratarían de restituir el "orden establecido". Esto no es ninguna utopía. Es una estrategia a largo plazo cuyas bases se están poniendo desde el mismo momento que se equipara al PP con VOX a ojos de la opinión pública. Al mismo tiempo que se desvía la mirada del blanqueamiento de BILDU o las cesiones a los nacionalismos - ahí está de nuevo la cacareada mesa de negociación. Sánchez es un político sibilino al que le siguen el juego todos los interesados en chupar poder por encima de cualquier otro fin político que no debiera ser sino el interés general. Bajo la añagaza del la salud de los españoles se perpetran tropelías que tratan de minar a los que no quieren seguir el juego : políticos de la oposición, periodistas y medios no afines, mandos de la guardia civil poco proclives con dejarse seducir por presiones políticas...todo obstáculo es barrido del camino. Aunque luego las comparecencias parezcan demostrar por el tono de voz de los ejecutores que aquí no ha pasado nada, que todo lo que se hace es para no dejar a nadie atrás...un mantra que obvia lo evidente...ha habido 27000 fallecidos aunque las cuentas hablan de mas de 40000...amén de una centralización de la gestión que no ha contentado a nadie ni responsables autonómicos ni sanitarios ni organizaciones empresariales ni sectores especialmente dañados como el turismo, la hostelería o el automóvil. Hay numerosas denuncias en el juzgado que tardarán años en convertirse en sentencias y por lo tanto su recorrido es dudoso que resulte efectivo, amén del descrédito generalizado de la judicatura en el que también se pone especial interés.. Pero todo esto quedará atrás en el imaginario colectivo porque los resortes del poder ya procurarán que nos fijemos en el dedo que señala la Luna.
Sánchez es un autómata programado. Su forma de proceder rompe todos los parámetros en un gobernante del que siempre se espera actúe por vías de normalidad y sentido común. Es un mentiroso compulsivo que no tiene reparo en decir algo y lo contrario sin parpadear ni cambiar el rostro pétreo que lo caracteriza.. Con los años su figura se analizará con detenimiento y comprobaremos que su anomalía no está tan lejos de la de Donald Trump. Un inmenso ego y tratar de acaparar todo el protagonismo por medios legales -que no lícitos- y contra viento y marea son características que ambos comparten. No hay tanta distancia con el fascismo que dice combatir, envuelto en la bandera de "todo por mi pais" y en palabras denigradas hasta la saciedad como "democracia" "el bien general" "la salud de todos" que a fuerza de repetirlas han perdido su valor para convertirse en latiguillos que apoyan tesis contrarias a las que sirvieron en origen. Y en el fondo una sociedad adormecida con amplias tragaderas producto de años de desidia en la educación (otra palabra con connotaciones insanas por el desgaste sufrido) que lejos de formar el espíritu crítico han creado masas adocenadas posicionadas en trincheras inexpugnables sin argumentario dialéctico propio que lo único que les preocupa es el cierre de centros comerciales, peluquerías o centros de estética.
La pandemia ya estaba aquí antes que el virus llegara a ponernos en evidencia. La sociedad ya estaba derrotada de antemano por años de desidia y dirigismo interesado. La enfermedad era pues la consecuencia lógica de un proceso empozoñado y la muerte de miles de personas no supone sino una anécdota en la historia que será igualmente fagocitada con unos crespones negros y un luto nacional de diez días ( el mas largo de la historia de nuestro país ) que nada significa fuera de su simbolismo. Solo las familias cuentan y lloran a sus muertos. Lo demás son lágrimas de cocodrilo.
Muchas promesas para el nuevo renacer como sociedad en la nueva realidad. Sloganes y frases publicitarias grandilocuentes que no tienen mayor recorrido que hacer creer lo que no resulta creíble. Puedo asegurar hoy, cuando todavía no hemos entrado ni siquiera en la tercera fase, que todo quedará en nada. Palabras y promesas que se llevará el viento. No seremos mejores personas...ni peores...no habrá una sanidad pública preparada contra nuevos embates de este u otros virus (después de tres meses de pandemia todavía los sanitarios no tienen medidadas de protección adecuadas para combatirla)...España no será mejor y sus ciudadanos no serán mas solidarios. Solo habrá un gremio que seguirá trabajando denonadamente por combatir la muerte con escasos recursos y una naturaleza forjada a fuego. Ningún político habrá dimitido ni se habrá bajado el sueldo por su nefasta gestión de la crisis pero su verborrea seguirá siendo incontrolada en cuanto encuentre un micrófono a su servicio. España se habrá endeudado como nunca. Los índices de pobreza se remontarán a muchos años atrás. Una nueva generación perdida mirará al horizonte con el ceño fruncido pues no hay plan B para ellos. En realidad nadie programó nunca un plan A. El dinero -incluido el de la UE - tiene un recorrido y si después de utilizarlo para mitigar los efectos colaterales no hay nada estructurado nos encontraremos con un pais desnudo falto de protección porque nadie fue capaz de hilvanar planes de contingencia hacia el futuro. El país no es una potencia salvo en turismo y si nos cortan este flujo ¿que queda?. No me atrevo a aventurar una respuesta que desconozco pero juraría que los prebostes de sueldos millonarios a los que la sociedad ha elegido con su voto para contestar esta pregunta tampoco tienen la respuesta. Y si la tienen yo no se la he escuchado a ninguno.
jueves, 4 de junio de 2020
domingo, 5 de abril de 2020
Una historia pequeña a propósito del coronavirus
Dicen que la historia la cuentan los vencedores pero hay
historias que nadie cuenta porque el único que las conoce no puede contarla.
Rutencio (condenado ya desde la pila bautismal) hizo todo lo
posible por pasar desapercibido. Lo intentó a lo largo de su vida. Vivía su vida al pairo de los dimes y diretes y tampoco veía las noticias. Sin embargo, en
los últimos días algo no iba como a él le parecía debían ir las cosas. En su
deambular diario se tropezaba cada vez con menos gente. Y había como un silencio sospechoso que lo
inundaba todo. La gente no se comportaba como siempre.
En cambio cuando estaba en casa encerrado entre cuatro
paredes mal puestas, oía periódicamente gritos y algaradas. Algún vecino se
desgañitaba e incluso la música resultaba atronadora pero solo en algunos
momentos y en zonas muy concretas. Las persianas bajadas no impedían la llegada
de esta irrealidad que trastornaba su afán de soledad y aislamiento.
Afortunadamente la ruidera acababa pronto y el silencio se instalaba de nuevo
en su vida. .
Rutencio vivía solo.
Sus padres, fallecidos de extrañas enfermedades le dejaron solo en aquel piso,
el único que había conocido. Era desde
entonces un anacoreta, un ermitaño en esa pequeña cápsula. La soledad no supuso un trauma mayor pues se
autoabastecía con lo mínimo y sus padres tampoco le tuvieron gran miramiento
mientras los tuvo a su lado. Si el afecto era escaso, medible, Rutencio recibió durante su infancia y juventud las
dosis justas para un tratamiento no doloroso de la desafección. Apenas los echó
en falta cuando ambos desaparecieron de su vida. Rutencio ha sobrepasado ya su expectativa de
vida mas optimista. Vive al día, bueno al minuto y en sus recuerdos, escasos,
no entran siquiera los lugares donde transcurrió aquella infancia, reseteada en
su memoria por causas desconocidas.
Rutencio recorre diariamente andando un itinerario que de
forma intuitiva le traslada de una punta a otra de la ciudad. Al igual que
ciertos conductores puede hacerlo sin ser consciente del paisaje que atraviesa o las gentes con que se cruza.
Hace lo que tenga que hacer en el otro lado y regresa sobre sus pasos como si de
Pulgarcito se tratara. En vez de migas de pan son los diferentes olores quienes
le orientan en su recorrido de regreso a casa. Y así una y otra vez.
Por todo esto la llegada de este inquilino infeccioso no
supuso para el ningún cambio especial en sus costumbres. La llegada de otra persona
a su vida hubiera sin duda trastocado sobremanera su necesidad de soledad, ya
adherida a sus costumbres como el viejo traje a su piel. Pero un virus...además
su propio desdén lo haría recular o dar un rodeo...imposible que penetrara en esa
coraza que el transcurrir del tiempo habían convertido su cuerpo y su forma de
ser. Así que siguió con su vida mientras la pandemia abrazaba su entorno.
Pero hay razones que la razón ignora. A Rutencio como a todo bicho viviente tenía que tocarle
la china. Lo hizo de forma delicada como temiendo importunar. Fue su
vecina Consilia -no habrá dos nombres
juntos como estos en los buzones de ningún portal así se recorra toda la
península - quien cierto día, necesitada
también de un poco de conversación, decidió visitarlo con la excusa de regalarle
una planta. Sabía que Rutencio no iba a calmar sus afanes pero, conformista
como era, le bastaba con saber que estaba allí al lado. Sentados en un sofá desvencijado
le contó lo que pasaba ahí fuera. Que si los chinos, que si el gobierno, que si
el pico de la crisis...a Rutencio todo esto le venía al pairo, no porque
quisiera desairar a su vecina sino porque su estado natural era el de
permanecer en off y la visita le rompía el ritmo diario al que estaba
acostumbrado.
Una vez recuperada su soledad en ningún momento imaginó que
la tos y los dolores musculares sobrevenidos eran producto de aquella visita.
Su cuerpo jamás le había traicionado así que no vio venir el agravamiento de la
enfermedad. Pronto se encontró torpe y limitado. Le costaba más de la habitual
desplazarse y el día se le hacía largo y opresivo y mas pronto que tarde cayó en la cama como
un majestuoso árbol desplomado por el corte de la motosierra. El agravamiento
provocó su ausencia del trabajo lo que hizo que alguien diera la voz de alarma.
Hasta su domicilio se acercó protección civil que ante la callada por respuesta
confirmaron con Consilia que el
confinamiento de su vecino era algo natural. Vamos que tenía que estar en casa.
Tras las dudas y los protocolos de rigor accedieron al piso. Un primer vistazo
les dio idea de que aquel no iba a ser una visita rutinaria. Trincheras de ropa
y bártulos supusieron un pequeño obstáculo fácilmente salvable. Y sí..allí
detrás de toda la parafernalia encontraron a Rutencio…desvencijado con la
mirada empequeñecida y hecho un saco de huesos. Lo peor era el hedor. Cuando
los camilleros se lo llevaron apenas fueron capaces de arrebatarle de su huesuda
mano, una fotografía que de manera instintiva el sujeto agarraba como si le
fuera la vida en ello.. Estaba descolorida y rancia y tras algún forcejeo acabó
hecha trizas entre los escombros de basura. Como si de una nueva Rosebud se tratara..
Y así acaba esta historia. Sin final feliz…ni siquiera sin
final, porque la muerte ya se sabe no es el final del camino. Y así era
Rutencio. Nadie que pudiera considerarse un héroe ni siquiera a la vieja
usanza.
Tampoco hay moraleja. La vida es así...ni moralejas ni
héroes ni villanos...solo gente que trata de sobrevivir según Dios le da a
entender...aunque algunos vivan y mueran sin entender muy bien lo que Dios les
dice...tal vez porque lo hace susurrando, como para no molestar. Como Rutencio.
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