sábado, 22 de octubre de 2011

COMO UNA OLA



"Deprisa.Deprisa". Como la película de Carlos Saura. No hay tiempo que perder. No vaya a ser que se echen encima las elecciones y salga rana. Es un decir. No sé hasta que punto Rubalcaba va a poder evitar el tema antes del 20-N. Ni si le va a dar réditos electorales. Lo que tengo claro es que lo que surja a partir de todo lo que estamos viviendo estos días está viciado de nacimiento. Me recuerda la época de la transición, tan denostada ahora. Entonces se actuó como se actuó porque la coyuntura exigía eso y no otra cosa. Nadie quería mirar atrás -exactamente como ahora- y se hizo un cierre en falso de todo lo acaecido en el régimen de Franco. Había que poner las bases de la democracia y eso suponía que todo el mundo tenía que ceder parte de sus reivindicaciones. La siguiente generación ya se ha ocupado de echar en cara esta forma de proceder.

Esta semana -¡vaya semanita!- todas las actuaciones van encaminadas en el mismo sentido. Hay que cerrar esta etapa cuanto antes. Desde que se dió el pistoletazo de salida con la conferencia de Aiete no ha habido día de sosiego. La multitud que desfiló ayer porBilbao exige la paz ya, la negociación del conflicto ya, amnistía ya, "independentzia" ya...

A menos de un mes de las elecciones, la campaña va a girar -le pese a quien le pese- exclusivamente sobre este tema. La economía pasará a un segundo plano y el PP no podrá evitar ver como le comen el terreno en las encuestas si se empecina en llevar el ascua a su sardina.

Luego llegará el futuro. Será un futuro construído sobre cimientos inestables. Pero esa es otra historia.

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