Tengo la sensación que mil vidas no serían suficientes para digerir toda la información que se está generando estos días. Si ya de por sí es difícil gestionar este tema, ahora imposible dado que todo el mundo tiene algo importante que decir. Y lo dice, claro. Los partidos cabalgan desbocados en pos de un voto volátil que so se sabe muy bien donde está. El electorado, nosotros, mira a uno y otro lado en un baile descoyuntado no sabiendo a ciencia cierta si se dirigen a nosotros o tratan de salvarse del naufragio lanzando polvos mágicos al viento en un intento fútil de disimular una realidad incómoda, que diría Al Gore. Esta, la realidad digo, se empecina en parecerse cada vez más al realismo mágico dando un vuelco total a las mejores expectativas de unos u otros. Aunque a decir verdad no todo el mundo está sorprendido. La clave está en manos de unos pocos. Y no son precisamente Kofi Annan & Company.
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