domingo, 30 de octubre de 2011

PRESTIGIO VERSUS DEMAGOGIA



LLevaba un tiempo tratando de escribir algo sobre la publicidad del Banco Sabadell. Desde que Guardiola pontifica en los paneles que se cruzan en mi camino tengo una especie de bilis que me hace peor persona. No es solo el hecho de que alguien por encima del bien y del mal me recuerde constantemente lo miserable de la condición humana y lo mucho que me queda por aprender. Es la sensación de que con la que está cayendo, las entidades bancarias -el BS por ejemplo- tratan de edulcorar su gestión con una publicidad que penetra hasta el tuétano. Si lo de Guardiola ya es de por sí pedante por lo llamativo (me refiero al tamaño) y la grandilocuencia de sus aseveraciones que malamente encajan con la imagen de un banco, la gota que colma el vaso es el paso adelante de la entidad lanzando una nueva opa al espectador distraído con esas conversaciones que se traen entre manos reputadas personalidades de este país. Reputadas hasta que se prestaron a este juego de doble filo con el que nos acribillan desde las pantallas de tv, prensa y -ayer lo descubrí- también en los prolegómenos de la película de turno en una confiada sala de cine. No sé si los estrategas de la entidad tienen controlados los tiempos de permanencia en la emisión de estos spots. Pero yo garantizo que el banco de marras va a salir escaldado de esta apuesta. Pontificar casa mal cuendo te sientas en una butaca y esperando que empiece la película aparecen unos señores hablando durante cinco minutos del bien y del mal. Como si no tuviéramos bastante con los avances de películas de "próxima" aparición. Me pregunto que pensarán los protagonistas de esta historia cuando se ven una y otra vez repitiendo las mismas palabras, aprisionados en el tiempo.

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