Hay un gurú en Esquerra Republicana. Sólo así se puede entender que quien lidera la mayor crisis que ha existido entre España y Cataluña sea un ciudadano normal que se confiesa católico creyente, de voz pausada, con una media sonrisa -¿sibilina?- con la que acepta estoicamente todo tipo de improperios y de preguntas capciosas apenas sin inmutarse. Tiene un mantra que repite incesantemente - "Cataluña será lo que sus ciudadanos decidan" - y acepta el mano a mano con todo tipo de entrevistadores de "la otra orilla" sin perder nunca las maneras. Lo que termina desarmando al entrevistador que ve como todos los argumentos chocan contra medias respuestas que no llevan a ningún lado y terminan enquistando la conversación en un círculo vicioso del que podrían, si del entrevistado dependiera, no salir nunca más.
Oriol Junqueras es, ante los ojos asombrados del resto de España, la versión edulcorada de Carod Rovira . Aparece el dragón ERC con un envoltorio tan de andar por casa que es difícil combatirlo. El dragón se convierte así en un animal de compañía al que acariciar. Frecuenta nuestros hogares a través de entrevistas con Jordi Evole o Risto Meijide que pese a todos los recursos a su alcance no consiguen alterar su rostro lo más mínimo. Incluso es capaz de visitar un hogar andaluz ante la mirada de toda España y enfrentarse a una familia a la que torea con su mejor arma : la amabilidad, el tono pausado, aceptar argumentos irrebatibles sin apenas sonrojo...Casi podría echársele en cara su ineptitud con el sacacorchos como muestra de impericia, mas que nada por fastidiar dado que el electroencefalograma sigue siendo plano. Pero incluso en esta anécdota desvela su cara mas humana y acepta con normalidad una carencia por la que otro político sería despellejado en los programas de humor que pueblan las diferentes televisiones.
No sé si como dice está de paso y no aspira a liderar la República de Cataluña, pero es posible que su as en la manga esconda al mejor "tahúr" de la historia de España...y Cataluña. No descartaría que el impulsor de la independencia de Cataluña, acabe jugando unas partidas de mus en Benidorm una vez jubilado...como uno más de los españoles. Fouché redivivo.
miércoles, 12 de noviembre de 2014
domingo, 9 de noviembre de 2014
9-N
Hay tan poca contestación a la movida de Cataluña en el resto de España (incluso en Cataluña) que uno tiende a pensar que la mayoría silenciosa de este país es aun mayor de lo que realmente dice la estadística. Hoy la Cataluña independentista -igual que lo hacen las movilizaciones en el País Vasco- se va a dar un festín pantagruélico ante la ¿indiferencia? ¿tancredismo? del resto del país, al que al parecer el tema se la sopla.
¿Es posible que en un país de 48 millones se cuenten con los dedos de una mano las reacciones ante el proceso independentista catalán? ¿Tan narcotizados estamos? ¿Tan poco nos importa que no se cuente con nosotros para decidir algo que también nos incumbe?
Yo ya formo parte de aquellos que piensan que el proceso es irreversible y tarde y temprano la independencia se consumará. Me pongo pues en la realidad de una España -sin Cataluña- en un futuro no demasiado lejano y ésto es lo que veo. Veo a una "nación" (así con minúscula) que tratará de abrirse paso entre los tiburones inmerso en una crisis galopante tratando de sobrevivir en un mundo globalizado que penaliza lo pequeño. Veo un "país" (así con minúscula) en el que una vez pasada la fiebre soberanista se encontrarán con la realidad del día a día (exactamente la misma que la de los demás paises) u con una crisis de liderazgo una vez los adalides que han encabezado la secesión se han (los han) quitado de en medio y se comprueba que no todo el monte es orégano. Políticos que prometieron el oro y el moro para convencer a sus súbditos de las bondades de navegar con bote propio y que han sido incapaces de mantener el bote a flote. Entre otras cosas agravado por un rechazo de los organismos europeos y mundiales a reconocer a un país que ha decidido de forma unilateral tomar su propio rumbo saltándose a la torera simple y llanamente LA LEY. Precisamente la misma ley que esos políticos prometieron respetar y a la que se acogieron para encumbrarse.
Hubiera entendido que sus reivindicaciones se hubieran hecho a las bravas asaltando las instituciones por la fuerza que es como se inician este tipo de procesos revolucionarios. Pero lo han hecho de forma torticera y escudándose en extraños sortilegios más propios de brujas en un akelarre. Encima esgrimen la cara amable -caradura más bien- de intentar convencernos de que lo hacen por nuestro bien y de que se trata de mantener una relación "amable" con el resto de España. Después del "España nos roba" o del "Catalonia is not Spain" salpicado por las paredes de los municipios catalanes durante años, tratar de mantener una relación amable será cuando menos una quimera.
La coletilla más repetida del gobierno de la Generalitat (el ínclito Mas a la cabeza) ha sido que el gobierno de Rajoy se ha negado a un diálogo que hubiera facilitado sobremanera el proceso. Claro que en el diálogo no había posibilidad de elección..era sí o sí. Todo el mundo con dos dedos de frente sabe que nada hubiera cambiado. Este es un proceso que supera ampliamente los parámetros políticos. Durante años han intentado mitigar los efectos jugando al gato y al ratón. Jordi Pujol -hoy vilipendiado antes molt honorable- supo jugar sus bazas para que nada fuera normal en la relación con los diferentes gobiernos que se han ido sucediendo. Al igual que el PNV, recogía las migajas y retrasaba la explosión ciudadana. He citado al PNV porque el efecto mariposa catalán no tardará en repetirse en el Pais Vasco donde tampoco tengo ninguna duda en que Bildu copará en poco tiempo las instituciones relegando a aquel al ostracismo. El proceso será calcado al catalán. Primero las movilizaciones y luego el asalto al poder. Solo espero que para entonces exista un gobierno central dirigido con sentido común y sensatez que sepa aunar voluntades y evite que España se vaya dehojando como una margarita. Creo que después de todo lo que he visto no me sorprenderá nada de lo que esté por llegar.
¿Es posible que en un país de 48 millones se cuenten con los dedos de una mano las reacciones ante el proceso independentista catalán? ¿Tan narcotizados estamos? ¿Tan poco nos importa que no se cuente con nosotros para decidir algo que también nos incumbe?
Yo ya formo parte de aquellos que piensan que el proceso es irreversible y tarde y temprano la independencia se consumará. Me pongo pues en la realidad de una España -sin Cataluña- en un futuro no demasiado lejano y ésto es lo que veo. Veo a una "nación" (así con minúscula) que tratará de abrirse paso entre los tiburones inmerso en una crisis galopante tratando de sobrevivir en un mundo globalizado que penaliza lo pequeño. Veo un "país" (así con minúscula) en el que una vez pasada la fiebre soberanista se encontrarán con la realidad del día a día (exactamente la misma que la de los demás paises) u con una crisis de liderazgo una vez los adalides que han encabezado la secesión se han (los han) quitado de en medio y se comprueba que no todo el monte es orégano. Políticos que prometieron el oro y el moro para convencer a sus súbditos de las bondades de navegar con bote propio y que han sido incapaces de mantener el bote a flote. Entre otras cosas agravado por un rechazo de los organismos europeos y mundiales a reconocer a un país que ha decidido de forma unilateral tomar su propio rumbo saltándose a la torera simple y llanamente LA LEY. Precisamente la misma ley que esos políticos prometieron respetar y a la que se acogieron para encumbrarse.
Hubiera entendido que sus reivindicaciones se hubieran hecho a las bravas asaltando las instituciones por la fuerza que es como se inician este tipo de procesos revolucionarios. Pero lo han hecho de forma torticera y escudándose en extraños sortilegios más propios de brujas en un akelarre. Encima esgrimen la cara amable -caradura más bien- de intentar convencernos de que lo hacen por nuestro bien y de que se trata de mantener una relación "amable" con el resto de España. Después del "España nos roba" o del "Catalonia is not Spain" salpicado por las paredes de los municipios catalanes durante años, tratar de mantener una relación amable será cuando menos una quimera.
La coletilla más repetida del gobierno de la Generalitat (el ínclito Mas a la cabeza) ha sido que el gobierno de Rajoy se ha negado a un diálogo que hubiera facilitado sobremanera el proceso. Claro que en el diálogo no había posibilidad de elección..era sí o sí. Todo el mundo con dos dedos de frente sabe que nada hubiera cambiado. Este es un proceso que supera ampliamente los parámetros políticos. Durante años han intentado mitigar los efectos jugando al gato y al ratón. Jordi Pujol -hoy vilipendiado antes molt honorable- supo jugar sus bazas para que nada fuera normal en la relación con los diferentes gobiernos que se han ido sucediendo. Al igual que el PNV, recogía las migajas y retrasaba la explosión ciudadana. He citado al PNV porque el efecto mariposa catalán no tardará en repetirse en el Pais Vasco donde tampoco tengo ninguna duda en que Bildu copará en poco tiempo las instituciones relegando a aquel al ostracismo. El proceso será calcado al catalán. Primero las movilizaciones y luego el asalto al poder. Solo espero que para entonces exista un gobierno central dirigido con sentido común y sensatez que sepa aunar voluntades y evite que España se vaya dehojando como una margarita. Creo que después de todo lo que he visto no me sorprenderá nada de lo que esté por llegar.
jueves, 6 de noviembre de 2014
Fábula
Viendo la entrega de la Bota de Oro a Cristiano Ronaldo me viene a la memoria la fábula de Samaniego
El Cuervo y El zorro :
El Cuervo y El zorro :
En la rama de un árbol,
Bien ufano y contento,
Con un queso en el pico,
Estaba el señor Cuervo.
Del olor atraído
Un Zorro muy maestro,
Le dijo estas palabras,
A poco más o menos:
«Tenga usted buenos días,
Señor Cuervo, mi dueño;
Vaya que estáis donoso,
Mono, lindo en extremo;
Yo no gasto lisonjas,
Y digo lo que siento;
Que si a tu bella traza
Corresponde el gorjeo,
Juro a la diosa Ceres,
Siendo testigo el cielo,
Que tú serás el fénix
De sus vastos imperios.»
Al oír un discurso
Tan dulce y halagüeño,
De vanidad llevado,
Quiso cantar el Cuervo.
Abrió su negro pico,
Dejó caer el queso;
El muy astuto Zorro,
Después de haberle preso,
Le dijo: «Señor bobo,
Pues sin otro alimento,
Quedáis con alabanzas
Tan hinchado y repleto,
Digerid las lisonjas
Mientras yo como el queso.»
Quien oye aduladores,
Nunca espere otro premio.
domingo, 26 de octubre de 2014
LIMBO
En mi infancia traté de descifrar este concepto que machaconamente se repetía en cuanto había un cura delante. Bien fuera en la catequesis, en el colegio o en el confesionario, el concepto del LIMBO no dejaba de atormentarme por su singularidad. Sabíamos lo que no era. No era el CIELO pero tampoco el INFIERNO. No había un lugar determinado donde pudiéramos ubicarlo. En nuestras mentes infantiles los espacios estaban acotados a los cuatro puntos cardinales y dejar correr la imaginación creando un espacio para el Limbo no era tarea fácil.
Así han transcurrido los años. Sin saber realmente si este espacio era analógico o virtual. Hasta ayer...
Un chispazo, una lucecita que se enciende de repente y un misterio que acaba desvelándose.
Ocurrió por la noche. Concretamente entre las dos y las tres de la madrugada. De repente años de penumbra se transformaron en clarividencia. Cuando sonaron las señales horarias de las dos - por segunda vez- y volví a escuchar el informativo que una hora antes repetía punto por punto las mismas noticias, comprendí que era aquello del LIMBO. Esperaré con ansiedad el próximo cambio de hora para vivir de nuevo esta increíble sensación.
Así han transcurrido los años. Sin saber realmente si este espacio era analógico o virtual. Hasta ayer...
Un chispazo, una lucecita que se enciende de repente y un misterio que acaba desvelándose.
Ocurrió por la noche. Concretamente entre las dos y las tres de la madrugada. De repente años de penumbra se transformaron en clarividencia. Cuando sonaron las señales horarias de las dos - por segunda vez- y volví a escuchar el informativo que una hora antes repetía punto por punto las mismas noticias, comprendí que era aquello del LIMBO. Esperaré con ansiedad el próximo cambio de hora para vivir de nuevo esta increíble sensación.
lunes, 13 de octubre de 2014
Time after time
Estamos ya en la época del fin de los partidos políticos. Esas viejas estructuras mastodónticas no pueden sobrevivir a la era de los grandes cambios. Se han convertido en elefantes que tratan desesperadamente de llegar a la orilla del río ignorando que el río es ahora un río seco y que su supervivencia tiene los días contados.
Ninguno de los problemas actuales se pueden resolver desde las estructuras de los grandes partidos. En primer lugar porque la inmediatez es clave en la toma de decisiones. No se puede esperar a las reuniones de sus comités ejecutivos o a que el Gran Líder tenga a bien tratar esta u otra cuestión y ponerla encima de la mesa. Los ideólogos -esos teóricos entre bambalínas que pergeñan las grandes líneas por las que debe discurrir el devenir político- están igualmente en período de extinción. Harían falta legión para controlar los hilos de todos y cada una de las necesidades que la "masa" necesita. La sociedad está tan diversificada que pierden sentido los grandes postulados. Nadie los quiere. Si hiciéramos una mezcolanza de las necesidades globales veríamos que el "consumidor" de a pié puede "necesitar" soluciones que les aportan todos y cada uno de los partidos del espectro. Podrían picotear de aquí o de allá sin ningún tipo de sonrojo si consiguen despegarse de ciertos postulados heredados de sus antepasados. La fidelidad a una bandera o a un bando les tiene todavía maniatados pero ha llegado la hora de soltar amarras y escoger solo aquello que conviene a sus intereses. Fuera tapujos, prejuicios y convencionalismos.
Estamos en una nueva era. Tal vez muchos no son conscientes de ello. Pero el tiempo hará que los Parlamentos tal y como lo conocemos sean reductos del pasado. La verborrea dejará paso a la elocuencia. Eso de que una parte del hemiciclo aplauda desaforadamente mientras la otra abuchea es la demostración de la ineficacia y del sinsentido. Todos deberán remar en un único sentido : el de aportar soluciones y ayudar al rival político a llevar a término aquellas iniciativas para el bien común. El gobierno lo formarán personajes destacados en los diferentes ámbitos del conocimiento y no "enchufados" con pesadas cargas heredadas del clientelismo político. Sólo los más eficaces coparán los puestos relevantes de la sociedad y lo harán por plebiscito. Presentarán sus credenciales con amplio bagage curricular y se harán cargo exclusivamente de las materias que dominan, sin saltos malabares que les lleven de ministerio a ministerio.
Los medios de comunicación jugarán un papel imprescindible en la transmisión del perfil de los candidatos exponiendo públicamente tanto los pros como los contras de los candidatos y contrastando sus ideas con el resto de litigantes. Ellos serán asímismo, junto a jueces con probada experiencia y honestidad, los que denuncien el desviacionismo de aquellas actuaciones que se alejen del bien común. Sólo así, a través del conocimiento exhaustivo, podrán los votantes elegir a los candidatos más idóneos. No habrá trampa ni cartón. Lo que se ve es lo que se vota. Sin subterfugios. Las elecciones llevarán a una serie de individuos al poder temporal perfectamente limitado en un período estricto de tiempo, sin prórrogas innecesarias. El tiempo necesario para desarrollar su labor con eficacia. Después otro lo sustituirá no derogando lo construído sino ramificándolo y mejorándolo. Sólo así se irá construyendo un futuro sin exclusiones y en el que todo el mundo encuentre razones para vivir con dignidad. Es cuestión de tiempo...
( Los sueños se cumplen. Yo tuve un sueño...)
Ninguno de los problemas actuales se pueden resolver desde las estructuras de los grandes partidos. En primer lugar porque la inmediatez es clave en la toma de decisiones. No se puede esperar a las reuniones de sus comités ejecutivos o a que el Gran Líder tenga a bien tratar esta u otra cuestión y ponerla encima de la mesa. Los ideólogos -esos teóricos entre bambalínas que pergeñan las grandes líneas por las que debe discurrir el devenir político- están igualmente en período de extinción. Harían falta legión para controlar los hilos de todos y cada una de las necesidades que la "masa" necesita. La sociedad está tan diversificada que pierden sentido los grandes postulados. Nadie los quiere. Si hiciéramos una mezcolanza de las necesidades globales veríamos que el "consumidor" de a pié puede "necesitar" soluciones que les aportan todos y cada uno de los partidos del espectro. Podrían picotear de aquí o de allá sin ningún tipo de sonrojo si consiguen despegarse de ciertos postulados heredados de sus antepasados. La fidelidad a una bandera o a un bando les tiene todavía maniatados pero ha llegado la hora de soltar amarras y escoger solo aquello que conviene a sus intereses. Fuera tapujos, prejuicios y convencionalismos.
Estamos en una nueva era. Tal vez muchos no son conscientes de ello. Pero el tiempo hará que los Parlamentos tal y como lo conocemos sean reductos del pasado. La verborrea dejará paso a la elocuencia. Eso de que una parte del hemiciclo aplauda desaforadamente mientras la otra abuchea es la demostración de la ineficacia y del sinsentido. Todos deberán remar en un único sentido : el de aportar soluciones y ayudar al rival político a llevar a término aquellas iniciativas para el bien común. El gobierno lo formarán personajes destacados en los diferentes ámbitos del conocimiento y no "enchufados" con pesadas cargas heredadas del clientelismo político. Sólo los más eficaces coparán los puestos relevantes de la sociedad y lo harán por plebiscito. Presentarán sus credenciales con amplio bagage curricular y se harán cargo exclusivamente de las materias que dominan, sin saltos malabares que les lleven de ministerio a ministerio.
Los medios de comunicación jugarán un papel imprescindible en la transmisión del perfil de los candidatos exponiendo públicamente tanto los pros como los contras de los candidatos y contrastando sus ideas con el resto de litigantes. Ellos serán asímismo, junto a jueces con probada experiencia y honestidad, los que denuncien el desviacionismo de aquellas actuaciones que se alejen del bien común. Sólo así, a través del conocimiento exhaustivo, podrán los votantes elegir a los candidatos más idóneos. No habrá trampa ni cartón. Lo que se ve es lo que se vota. Sin subterfugios. Las elecciones llevarán a una serie de individuos al poder temporal perfectamente limitado en un período estricto de tiempo, sin prórrogas innecesarias. El tiempo necesario para desarrollar su labor con eficacia. Después otro lo sustituirá no derogando lo construído sino ramificándolo y mejorándolo. Sólo así se irá construyendo un futuro sin exclusiones y en el que todo el mundo encuentre razones para vivir con dignidad. Es cuestión de tiempo...
( Los sueños se cumplen. Yo tuve un sueño...)
martes, 7 de octubre de 2014
Politiquillos, Politiqueros, Politicastros
Me miró como si me viera por primera vez.
Y es que era la primera vez que me veía.
Sin embargo su mirada se detuvo en la mía,
dubitativa,
como intuyendo algo que se le escapaba.
Yo esbozaba una sonrisa.
Esto acabó por despistarle
¿debía saludarme o esquivarme?
Me meto en su piel y trato de imaginar
cuántas veces le ocurre esto al cabo del día
¿amigo o enemigo?
Nada me causa más placer que conocer al encausado
y no dar ni una sola pista de mi existencia.
Ya sé que es vesanía...
Yo lo sé todo sobre él.
El ignora todo sobre mí.
¿Puede haber mayor desasosiego para el alma?
No poder descifrar los enigmas
que se cruzan en tu camino...
...pero qué otra cosa les sucede a quien figura permanentemente
expuesto al resto del planeta?
¿Pensaron en algún momento que dejarían de ser ellos para ser los demás?
¿Intuyeron que vivirían permanentemente la vida de los otros
y que esos otros escudriñarían su vida sin piedad?
No, no lo hicieron,
para ello tenían que haber pensado antes de actuar
tendrían que haber sido educados de otra manera
que no cayeran tan fácilmente en la trampa.
¿Se arrepentirán ahora del camino elegido?
¿Cómo serán esos momentos de soledad?
¿Les vendrán a la mente todos los fantasmas
con los que se cruzan día tras día?
Mal futuro para mantener en jaque la locura
sólo queda disimular y avanzar
levantando las manos y saludando a diestro y siniestro
ignorantes del precipicio que se intuye
solamente unos pasos más allá.
Para evitarlo solo hay que mirar al frente
El cuerpo inhiesto y la espalda recta
¡AR!
Y es que era la primera vez que me veía.
Sin embargo su mirada se detuvo en la mía,
dubitativa,
como intuyendo algo que se le escapaba.
Yo esbozaba una sonrisa.
Esto acabó por despistarle
¿debía saludarme o esquivarme?
Me meto en su piel y trato de imaginar
cuántas veces le ocurre esto al cabo del día
¿amigo o enemigo?
Nada me causa más placer que conocer al encausado
y no dar ni una sola pista de mi existencia.
Ya sé que es vesanía...
Yo lo sé todo sobre él.
El ignora todo sobre mí.
¿Puede haber mayor desasosiego para el alma?
No poder descifrar los enigmas
que se cruzan en tu camino...
...pero qué otra cosa les sucede a quien figura permanentemente
expuesto al resto del planeta?
¿Pensaron en algún momento que dejarían de ser ellos para ser los demás?
¿Intuyeron que vivirían permanentemente la vida de los otros
y que esos otros escudriñarían su vida sin piedad?
No, no lo hicieron,
para ello tenían que haber pensado antes de actuar
tendrían que haber sido educados de otra manera
que no cayeran tan fácilmente en la trampa.
¿Se arrepentirán ahora del camino elegido?
¿Cómo serán esos momentos de soledad?
¿Les vendrán a la mente todos los fantasmas
con los que se cruzan día tras día?
Mal futuro para mantener en jaque la locura
sólo queda disimular y avanzar
levantando las manos y saludando a diestro y siniestro
ignorantes del precipicio que se intuye
solamente unos pasos más allá.
Para evitarlo solo hay que mirar al frente
El cuerpo inhiesto y la espalda recta
¡AR!
jueves, 20 de marzo de 2014
ANONIMATO
Permanecer oculto o simplemente en un segundo plano. Lejos de las miradas y de los focos informativos que una vez se dirigen contra ti anulan toda posibilidad de ser como realmente eres. O lo que es peor. Retratan tu fisonomía de manera que queda como una foto fija para la posteridad. Alguna vez ya me ocurrió. No es plato de buen gusto. Todavía sigo estupefacto por la concatenación de circunstancias que te llevan a ser de una manera diferente a como crees que eres. Si el hecho se produce a través de una entrevista en prensa queda el consuelo de que todo dependa de la interpretación del texto que cada lector haga. Aquí será más facil el olvido. Mi experiencia me dicta que la mayor parte de las ocasiones la mente es selectiva y apenas recuerda ni el tema ni la trascendencia del artículo. El papel impreso pasa enseguida a tener otras funciones y nada de lo que queda escrito adquiere mayor relevancia salvo que el autor decida incorporarlo a su blog personal. Bien es cierto que la digitalización de las hemerotecas han jugado en contra de la posibilidad del olvido. Pero hace falta un interés inusitado por parte de alguien con mala leche para sacar a la luz viejos trapos perdidos en el ayer.
Otra cosa es si apareces en TV. Aquí si que resulta imposible escabullirse. La imagen catódica te retrata en cuerpo y alma (eso sí más ancho y más pequeño) resaltando todos tus defectos y solamente alguna de tus virtudes. Incluso los profesionales del día a día encuentran dificil sintonizar con la audiencia y mostrar lo mejor de ellos mismos. La cámara ( y el realizador) te pone en evidencia rápidamente sacando primeros planos de esa piel mal rasurada, el pelo alborotado, o los pelillos incipientes que asoman por la nariz. O sino es el tono de voz, claro. Melifluo, dubitativo, sin entonación. Te mata. Tu imagen por los suelos. El trabajo de tantos años hecho añicos en un instante. Y si analizamos el capítulo de "qué se dice" aquí sí que un mal uso del vocabulario o una verborrea sin sentido te dejan a los pies de los caballos. En fín "la vida" que díría el sabio portugués.
Todo esto viene a cuento del imposible anonimato de los políticos (así en general). Se pasan toda la vida expuestos en la plaza pública aguantando carros y carretas. Cada una de sus palabras son escrutadas inmisericordemente pasando por todo tipo de filtros. Su propia vida es patrimonio de la audiencia que juzga sin descanso los méritos o deméritos de su proceder. Y así un día y otro día sin poder dar un portazo o trocar la sonrisa impoluta en un rictus de amargura que le permita al menos mostrar su lado más humano. Nada sabemos ( o tal vez lo sepamos todo) de aquel que se esconde tras el "otro". Es inevitable que llegue un momento en que todos se crean el papel y terminen por identificar la parte por el todo. La suplantación del personaje les convierte en un ser diferente. Si, como en los programas deportivos, echasen mano de la moviola y pudiesen retroceder en el tiempo, apenas se reconocerían. Algunos llevan la intemerata ejerciendo tan loable-denostada profesión. Lo que en un principio iba a ser una vocación de entrega a la comunidad de vecinos, termina convirtiéndose en el leif motiv de su existencia. No saben parar. Algunos porque las prebendas superan a las incomodidades. Otros porque tendrían que reciclarse en seres humanos de carne y hueso y de eso hace tiempo que desistieron. Están hechos de otra "pasta". Y lo peor es que han conseguido que muchos piensen como ellos. Imagino como serán en la intimidad. Tiene que resultar difícil convivir con estos seres acartonados que no pueden desprenderse de la máscara por miedo a mirarse en el espejo.
Otra cosa es si apareces en TV. Aquí si que resulta imposible escabullirse. La imagen catódica te retrata en cuerpo y alma (eso sí más ancho y más pequeño) resaltando todos tus defectos y solamente alguna de tus virtudes. Incluso los profesionales del día a día encuentran dificil sintonizar con la audiencia y mostrar lo mejor de ellos mismos. La cámara ( y el realizador) te pone en evidencia rápidamente sacando primeros planos de esa piel mal rasurada, el pelo alborotado, o los pelillos incipientes que asoman por la nariz. O sino es el tono de voz, claro. Melifluo, dubitativo, sin entonación. Te mata. Tu imagen por los suelos. El trabajo de tantos años hecho añicos en un instante. Y si analizamos el capítulo de "qué se dice" aquí sí que un mal uso del vocabulario o una verborrea sin sentido te dejan a los pies de los caballos. En fín "la vida" que díría el sabio portugués.
Todo esto viene a cuento del imposible anonimato de los políticos (así en general). Se pasan toda la vida expuestos en la plaza pública aguantando carros y carretas. Cada una de sus palabras son escrutadas inmisericordemente pasando por todo tipo de filtros. Su propia vida es patrimonio de la audiencia que juzga sin descanso los méritos o deméritos de su proceder. Y así un día y otro día sin poder dar un portazo o trocar la sonrisa impoluta en un rictus de amargura que le permita al menos mostrar su lado más humano. Nada sabemos ( o tal vez lo sepamos todo) de aquel que se esconde tras el "otro". Es inevitable que llegue un momento en que todos se crean el papel y terminen por identificar la parte por el todo. La suplantación del personaje les convierte en un ser diferente. Si, como en los programas deportivos, echasen mano de la moviola y pudiesen retroceder en el tiempo, apenas se reconocerían. Algunos llevan la intemerata ejerciendo tan loable-denostada profesión. Lo que en un principio iba a ser una vocación de entrega a la comunidad de vecinos, termina convirtiéndose en el leif motiv de su existencia. No saben parar. Algunos porque las prebendas superan a las incomodidades. Otros porque tendrían que reciclarse en seres humanos de carne y hueso y de eso hace tiempo que desistieron. Están hechos de otra "pasta". Y lo peor es que han conseguido que muchos piensen como ellos. Imagino como serán en la intimidad. Tiene que resultar difícil convivir con estos seres acartonados que no pueden desprenderse de la máscara por miedo a mirarse en el espejo.
jueves, 30 de enero de 2014
Pedro J. Ramirez Codina
Pedro J. para sus amigos. Pedro José para el ex ministro Corcuera y una larga colección de "damnificados" por su manera de entender el periodismo. Radical, de frente y sin fisuras. Para más señas visitar la inevitable Wikipedia pero en lo sustancial no será necesario presentar al personaje más influyente en España desde la venida de la democracia. Su popularidad tendrá altibajos según se valore desde la perspectiva de los diferentes gobiernos que encontraron en él la horma de su zapato (González-Rajoy) o desde quienes vemos imprescindible que alguien nos cuente cuán de profundas y negras son las cloacas del estado. Le critican su connivencia con el poder urdiendo telas de araña en favor de su posición política (Aznar) pero en lo fundamental dio robustez a la creencia popular de que los fiascos solo pueden desentrañarlos periodistas de su estirpe. Su facilidad de palabra encontraba trabas en sus discursos a veces monocordes y un tanto empalagosos. Sus colaboraciones en la radio eran de difícil digestión mañanera y suponían un reto para el reparto horario del resto de contertulios. Sin embargo rebuscaba en su particular diccionario mental hasta encontrar la palabra precisa que no tardaba en aparecer en su hilvanado discurso. Supongo que mientras se despedía de sus compañeros de EL MUNDO pensaría en su fuero interno que tal vez este tropiezo le trunca la posibilidad de ser el Ciudadano Kane de la prensa española. O tal vez esté pergeñando en su cabeza la próxima cabecera. Con él nunca se sabe.
(Este no es un epitafio, pues no ha muerto. Tampoco un panegírico. En realidad es inevitable decir algo sobre este personaje que hoy cierra un capítulo de la Historia de España y del cuál tendremos, mas pronto que tarde, noticias jugosas).
Pedro J. para sus amigos. Pedro José para el ex ministro Corcuera y una larga colección de "damnificados" por su manera de entender el periodismo. Radical, de frente y sin fisuras. Para más señas visitar la inevitable Wikipedia pero en lo sustancial no será necesario presentar al personaje más influyente en España desde la venida de la democracia. Su popularidad tendrá altibajos según se valore desde la perspectiva de los diferentes gobiernos que encontraron en él la horma de su zapato (González-Rajoy) o desde quienes vemos imprescindible que alguien nos cuente cuán de profundas y negras son las cloacas del estado. Le critican su connivencia con el poder urdiendo telas de araña en favor de su posición política (Aznar) pero en lo fundamental dio robustez a la creencia popular de que los fiascos solo pueden desentrañarlos periodistas de su estirpe. Su facilidad de palabra encontraba trabas en sus discursos a veces monocordes y un tanto empalagosos. Sus colaboraciones en la radio eran de difícil digestión mañanera y suponían un reto para el reparto horario del resto de contertulios. Sin embargo rebuscaba en su particular diccionario mental hasta encontrar la palabra precisa que no tardaba en aparecer en su hilvanado discurso. Supongo que mientras se despedía de sus compañeros de EL MUNDO pensaría en su fuero interno que tal vez este tropiezo le trunca la posibilidad de ser el Ciudadano Kane de la prensa española. O tal vez esté pergeñando en su cabeza la próxima cabecera. Con él nunca se sabe.
(Este no es un epitafio, pues no ha muerto. Tampoco un panegírico. En realidad es inevitable decir algo sobre este personaje que hoy cierra un capítulo de la Historia de España y del cuál tendremos, mas pronto que tarde, noticias jugosas).
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